martes, 3 de agosto de 2010

Aprendiendo a caminar



Desde la última publicación hasta ahora han pasado varias cosas. Todavía están pendiente algunas imágenes del evento al que nos invitaron en el verano (Animexpo) además de buenas cosas que van pasando al Núcleo.
Mientras nos ponemos al día con toda esa información, aquí dejo otro artículo de David Peterson en castellano. Espero que lo disfruten y saquen muchas cosas en concreto de estas palabras.

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“Salte del medio... y dales su merecido”

El juego de pies del Wing Chun eficiente para la calle

Por David Peterson

Publicado en la revista ‘Fight Times’ (Nueva Zelanda), números de Diciembre/Enero (2001/2002)

Todos saben lo aburrido que es practicar el juego de pies pero no hay un artista marcial vivo que pueda negar la importancia de adquirir las habilidades que involucra. No importa cuán rápidos o poderosos puedan ser tus puñetazos y patadas si no pueden alcanzar el objetivo. Incluso más importante es la necesidad de ser capaces de evitar un intento de ataque por parte del oponente, ubicándonos en una posición ventajosa. Por lo tanto el juego de pies, no importa cuán tedioso, es una habilidad que se necesitas trabajar constantemente.

El juego de pies no solo requiere un trabajo constante para perfeccionarse, debe ser estructuralmente sólido y se debe basar en principios lógicos para que sea efectivo bajo condiciones reales. Mientras muchos de los patrones en el juego de pies en muchas artes marciales pueden funcionar en la relativa seguridad del dojo, dojang y kwoon, o en competencias o demostraciones pre establecidas, cuando se trata de “lo real”, lamentablemente muchos métodos del juego de pies fallan en la entrega de sus bondades. El juego de pies del Wing Chun gung fu, como lo enseñó y practicó el difunto Sifu Wong Shun Leung de Hong Kong y sus seguidores, este autor incluido, hace frente a las demandas del combate real.

¿Qué hace este tipo de juego de pies tan eficaz? En términos simpes, es el hecho que se adhiere a los tres principios más básicos del Wing Chun: SIMPLE, DIRECTO y EFICIENTE. Es simple porque el juego de pies del Wing Chun se basa por completo en una sola postura, yee ji kim yeung ma, por lo general referida a la “postura de la cabra”, y variaciones de esta postura que derivan de forma natural como el resultado de la estructura de esta posición básica. Es directa porque siempre recomienda utilizar la distancia más corta entre el defensor y el o los atacantes sin posturas o movimientos superfluos.

Por último, es eficiente porque determina pequeños cambios en la posición para mantenerse muy cerca del agresor (la distancia de pelea preferida del Wing Chun y el rango que más a menudo se encuentra en la calle), maximizando el control que uno tiene sobre sus oponentes y reduciendo el tiempo disponible para que el oponente intente una contra medida. También es eficiente porque provee una base fuerte donde se puede generar el máximo de poder con el mínimo esfuerzo sin comprometer el equilibrio o la integridad de la postura, haciendo de esta manera que sea más fácil y natural responder a cambios repentinos en alguna situación. El juego de pies del Wing Chun también es eficiente debido a que cuenta con ataque y defensa simultáneos (lin siu dai da) ya que el practicante siempre está en una posición donde puede alcanzar al oponente con ambas manos y al menos con una pierna para el ataque, defensa o control.

Si bien este artículo tratará de tocar todos los aspectos de los conceptos del juego de pies del Wing Chun, es probable que el lector observe un énfasis en los aspectos defensivos. Esto se debe al hecho de que en la mayoría de los casos en que uno podría esperar tener que utilizar estas habilidades, será como una víctima de un ataque, y no como el instigador de una. Dicho esto, uno pronto se dará cuenta, en virtud de las descripciones y las ilustraciones proporcionadas, que en cuando a los conceptos del juego de pies del Wing Chun se refiere, ataque y defensa están estrechamente entrelazados y una fácilmente da lugar a la otra. En otras palabras, el juego de pies del Wing Chun es flexible y adaptable.

Se ha sugerido que el juego de pies del Wing Chun lo desarrolló gente que pasó gran parte de su vida trabajando en el agua, que navegaban los intrincados sistemas fluviales del sur de las provincias chinas costeras de Fujian y Guangdong. Esto no es un supuesto irreal cuando uno examinan las formas y los principios básicos involucrados, en particular, la tendencia a deslizarse en lugar de dar un paso con el pie de atrás cuando se está en movimiento hacia adelante (por consiguiente, manteniendo un constante contacto con el suelo lo que ayuda a mantener un buen equilibrio), mientras que la “postura de la cabra” proveería una buena manera de mantenerse perfectamente bien parado en la superficie de una cubierta móvil. Si lo duda, pruébalo por ti mismo, no tiene por qué ser un barco; un tren en marcha, el tranvía o el autobús son igual de buenos como lugar de prueba.

Esta teoría también ayuda a llevarnos de alguna manera hacia la comprensión de lo que muchos consideran como la paradoja del Wing Chun, que hace uso de una postura erguida y móvil, típica de los sistemas chinos del norte, y que sin embargo, muestra una distintiva preferencia por las aplicaciones de corto alcance de las manos y técnicas de los pies, más típicas de los sistemas de combate del sur de China. Debido a esta preferencia por una postura más erguida y menos extravagante que la mayoría de las otras formas de gung fu, el Wing Chun estaba hecho para los callejones estrechos, calles atestadas de gente y los tejados de Fatsaan y Hong Kong donde sus exponentes más famosos, el Dr. Leung Jan, su estudiante Chan Wa Sun, el difunto gran maestro Yip Man y su alumno, Wong Shun Leung, llevaron el arte a la prominencia.

Al categorizar las diferentes formas que el juego de pies adquiere dentro del sistema, se puede decir que todos los juegos de pierna del Wing Chun derivan de la “postura de cabra” básica, como se dijo antes, y que desde esa posición no hay más que cinco opciones de juego de pies. La mejor manera para comprender cómo se aplica realmente el juego de pies en combate es tomar cada una de estas cinco opciones en orden y descomponerlas en conceptos y aplicaciones. Para empezar, primero debemos echar un vistazo a la “postura de cabra” con el fin de apreciar su estructura y su influencia subyacente en la visión general del juego de pies del Wing Chun.

El nombre cantonés de la postura básica es ji yee kim yeung ma, que describe con mucha precisión cómo la postura debe verse y, en menor medida, sentirse cuando se está practicando. Es la postura desde donde se practican las tres formas de mano vacía del sistema, más evidente en la realización de la primera forma, siu nim tau (“joven idea”), donde se practica toda la forma en esta postura básica. Si el nombre se desglosa en dos partes, es más fácil entender lo que nos está diciendo en términos de cómo se debería ver la postura.

La expresión ji Yee significa “el carácter para el número dos” y esto describe la posición correcta de los pies. Con los dedos de los pies apuntando hacia adentro, una línea trazada entre los dedos gordos de ambos pies representaría el trazo más corto de arriba del ideograma, mientras que una línea trazada entre los dos talones representaría el trazo más largo de la parte de abajo del ideograma. La otra mitad del nombre, kim yeung ma, se traduce como “la postura de agarre de la cabra” y está destinado a evocar la imagen de una persona doblando las rodillas hacia dentro y hacia adelante a fin de exprimir una cabra (u oveja) para evitar que se libere, en gran parte de la misma manera como los esquiladores australianos podría mantener el control de una oveja mientras le cortan la lana. Otra imagen contemporánea paralela a esta forma es la llamada posición "quitanieves" que los esquiadores utilizan para reducir la velocidad cuando bajan por las pistas de esquí.

Cuando se ve desde el lado, es importante que haya una línea recta que se extienda desde los hombros a través de las caderas y las rodillas. Estructuralmente es poco sólida si la cabeza y los hombros están demasiado atrás (lo que indica que el practicante se inclina demasiado hacia atrás), o si las caderas están hacia atrás (lo que indica que la espalda está arqueada), ya que ambas posturas se traducirán en un pobre equilibrio y/o la imposibilidad de moverse sin problemas y con rapidez de esta postura a otra. Las rodillas deben estar alineadas con los pies, no hacia adentro una apuntando a la otra, sino que apuntando hacia adelante, hacia un punto central común en frente del cuerpo. Cuando se hace correctamente, la sensación no es diferente a la que se siente cuando se está sentado en una silla. En otras palabras, te sentirás cómodo y estable sin la sensación de poder ir más abajo o de caer.

Cuando se forma correctamente, tienes una postura equilibrada, lo que no favorece a una pierna sobre la otra, y una postura que de hecho está entrenando ambas piernas de atrás de la postura de avance (saam gok bo), al mismo tiempo. Es decir, el ángulo de los pies es igual que cualquier pie que esté posicionado si tuvieras que desplazarte hacia delante o hacia atrás en la postura izquierda o derecha. La “postura de cabra” también es deliberadamente inestable, de tal manera que tan pronto como se le aplica una fuerza, hay una tendencia natural a caer a una mejor posición. Por consiguiente, el practicante aprende a no intentar pararse como un muro de ladrillos, encontrándose de frente con la fuerza del oponente, sino que a utilizar esa energía para adoptar una posición más favorable, pero más de eso en breve.

Para hacer la “postura de cabra”, el método ideal es primero doblar las piernas hasta el punto en que naturalmente ya no se mantienen juntas, lo que no es mucho. A partir de ahí, los dedos de los pies se vuelven hacia afuera (a aprox. 45°), manteniendo los talones fijos en el lugar. Luego, los talones se giran hacia afuera mientras que los dedos actúan como pivote. En este punto, las caderas deben apuntar hacia afuera, permitiendo que las rodillas asuman el peso, las que ahora están dobladas alineadas con los pies apuntando hacia adentro. Determinar qué tan amplia debe ser la postura (es decir, la distancia entre los talones) se hace más evidente cuando uno intenta moverse desde la postura (ver más adelante), pero como regla de oro, el ancho de los hombros de uno mismo es en general suficientemente ancho ya que una postura más acentuada o más profunda afecta el equilibrio y la movilidad.

Se puede adoptar una postura para avanzar y/o retroceder girando a la derecha o a la izquierda, con los talones como pivote. Ahora se puede lograr el movimiento dando un paso unos cuantos centímetros hacia adelante con el pie frontal (que debe levantarse del suelo, no deslizarse), tras lo cual el cuerpo se impulsa hacia adelante, en virtud del ángulo de la cadera (encajando el lado de atrás) lo que causa que el pie de atrás dirija el cuerpo en la misma dirección que la pierna de adelante. Esta acción se parece mucho a la acción de un auto de tracción trasera: las ruedas delanteras direccionan, mientras que las ruedas traseras proporcionan la energía para manejar el auto. El pie de atrás debe estar en contacto permanente con el suelo en esta acción. Para el paso hacia atrás, el proceso se realiza a la inversa, con el pie posterior dando el paso y el pie delantero deslizándose. Sin embargo, la postura sigue siendo la misma y el peso se mantiene sobre la pierna de atrás. Sin duda los practicantes de Wing Chun se darán cuenta de que esta manera de avanzar se introduce dentro de la segunda y tercera secciones de chum kiu, la segunda de las tres formas de entrenamiento básico.

Es ahora, cuando se intenta caminar, que uno puede descubrir si la distancia entre los pies es la correcta. Si la distancia entre los talones sigue siendo la misma, después del paso, como la original “postura básica de la cabra”, entonces todo está bien. Sin embargo, si no hay coherencia (es decir, al volver a la postura básica uno se encuentra con que los pies están demasiado cerca o demasiado separados), es importante determinar si es que la postura original estaba mal para empezar, o si la distancia entre los pies está variando durante los pasos. Por lo general, uno se da cuenta que es un poco de cada uno. Sin embargo, casi siempre se puede arreglar el problema al disminuir o aumentar el ángulo en el que los dedos giran cuando se forma la “postura básica de la cabra”. Mediante un proceso de ensayo y error es que normalmente se puede encontrar la “media justa”, la que es la postura adecuado para ellos mismos.

El método antes descrito claramente ayuda a entender la conexión entre la “postura de cabra” (yi ji ma yeung kim) y la “postura triangular de avance” (ó saam gok ma), pero no representa la forma más práctica para su aplicación, sólo la mejor forma de aprenderla, comprenderla y entrenarla. En cuanto a la aplicación en el combate se refiere, es importante ser capaz de avanzar y retroceder lo más directo posible desde una posición neutral y esto se logra, en el entrenamiento, primero formando la postura básica y visualizando una línea que pasa entre los pies, dividiendo la postura en el centro. Ya sea que el movimiento se haga hacia adelante o hacia atrás, es entonces cuando se hace moviendo cualquiera de las piernas que va a guiar dirigiéndola hacia esa línea (ya sea hacia adelante o hacia atrás), seguida inmediatamente del el otro pie. No debe haber movimientos innecesarios asociados a este, como juntar primero los pies o hacer movimientos circulares, simplemente moverse lo más directamente posible a la línea central de la manera descrita. Esto representa entonces las dos primeras de las cinco opciones, (1) avanzar hacia adelante, y (2) ir hacia atrás, ya sea desde una posición neutral o comprometida.

En el ataque, que es la aplicación favorable (aunque retroceder pueda ser una opción, en general se evita a cualquier costo por parte de los practicantes de Wing Chun, siendo el “paso al lado” (véase más adelante) la respuesta preferida), se puede entonces aplicar este concepto de seung ma (“pasos de avance/ataque”, literalmente: “subirse al caballo”), desde cualquier posición o ángulo del oponente, simplemente tomando la distancia más corta entre uno mismo y el objetivo por la línea de ataque, y dando los pasos adecuados. En términos generales, la pierna más cercana al objetivo siempre se transformará en la pinera guía, ya que reduce el tiempo necesario para lograr el movimiento, reduce los objetivos disponibles al enemigo y maximiza la posibilidad de interceptar al oponente con mayor efecto. Si la situación exige una respuesta más dinámica a una amenaza determinada (lo que algunos estrategas de combate, como el británico Geoff Thompson se refieren como “escenario de ataque preventivo”), este tipo de juego de pies es un medio muy eficaz para dar el primer golpe.

De acuerdo con las observaciones anteriores, es importante tener en cuenta lo que ahora, para la mayoría de las situaciones, bien puede ser el requisito más probable: el uso del juego de pies defensivo. Este es el ámbito en el que sobresale el Wing Chun, y para llamarlo de alguna mejor manera en inglés, se le dirá la técnica del "paso al lado" (el término cantonés es tui ma, o "paso con empuje", pero más de eso después). En el nivel básico, el “paso al lado” tiene exactamente la misma mecánica que el juego de pies descrito anteriormente, es decir, es la “postura de cabra” modificada para formar la “postura de avance triangular”, pero con la dirección y el ángulo de movimiento alterado para satisfacer las necesidades específicas de la situación. Se trata de que (1) uno deba moverse de tal manera que evite encontrarse con la fuerza del ataque de frente, pero (2) todavía lo suficientemente cerca como para lanzar un contraataque eficaz. No sólo eso, sino que ser capaces de lograr esto como un conjunto de movimientos simultáneos, capturar al atacante desequilibrado y totalmente comprometido con su ataque y, por consiguiente, a merced del defensor que entonces puede revertir la situación con consumada facilidad.

Para entender y desarrollar esta habilidad, primero hay que imaginarse a sí mismos parado en el centro de un reloj gigante, enfrentando la posición de las doce. El atacante entonces se visualiza como pasando de la posición de las doce en punto a las seis en punto, pasándote a llevar si te quedas de pie en el centro. Hay que recordar aquí que no importa qué tipo de ataque pueda lanzar el enemigo (manos o pies, recto o circular), el hecho es que él atacante está limitado por las leyes de la naturaleza de tal manera que el peso central de su cuerpo debe moverse en línea recta (¡sólo en la ópera de Pekín los artistas hacen ataques en líneas sinuosas!). Por esta razón es imprescindible que uno siempre enfrente la línea del ataque (o sea, el cuerpo del atacante) con el fin de maximizar el efecto de los contraataques que se lanzarán.

Así, girar hacia un lado del ataque o alejarse de él reducirá las posibilidades de verlo venir, y mucho menos lidiar con éste. Obviamente, moverse hacia atrás en línea recta sólo retrasa lo inevitable (aún así te atropellarán), del mismo modo que saltar directo a la izquierda o a la derecha es arriesgado porque la probabilidad de ser golpeado, al menos en parte, todavía está allí, sin mencionar el hecho de que es casi imposible contraatacar de forma eficaz mientras el movimiento se realiza en dirección opuesta al objetivo. ¿La respuesta del Wing Chun entonces? Ir con el ataque, moviéndose hacia atrás y ligeramente hacia los lados, ya sea en un ángulo hacia las cinco o las siete del centro del “reloj”. Esto permite al defensor enfrentar al atacante con el fin de poder controlar y atacar con ambas manos simultáneamente, literalmente llevándolo a la trampa que estableció el juego de pies.

Permite un contraataque muy potente porque el enemigo literalmente cae en las técnicas de la mano que se le viene, la que se apoya con una base sólida proporcionada con el pie de atrás. Cuanto más comprometido sea el atacante en su embestida, más fuerte se le va a golpear, contribuyendo a su propia caída. La estructura de la postura proporciona una línea natural del poder, haciendo que todo el impacto se refleje en el suelo, no a través de los hombros o cintura del defensor, como es el caso de los métodos empleados en otros sistemas, por consiguiente, la masa corporal no juegue un papel crucial como el que tiene en algunos métodos, e incluso una persona más pequeña puede generar suficiente fuerza para hacer mucho daño a un oponente. La agudeza del ángulo también hace que sea extremadamente difícil para el atacante responder a tiempo, evitando que vuelvan a la posición para darle continuidad a su propio ataque.

Básicamente hay dos formas en que este "paso al lado" se puede emplear. La primera es cuando se hace el contacto inicial, por ejemplo durante un ataque en el que hay un empujón o agarre, o bien cuando ha tenido lugar un choque de técnicas. En estas condiciones, el término cantonés de tui ma (“paso con empuje”) hace mucho sentido. Cuando el oponente intenta empujar a la víctima para desequilibrarla, la estructura de la posición básica toma el control y la postura colapsa naturalmente hacia el lado más adecuado, con la pierna más cercana moviéndose primero hacia ese lado (la pierna izquierda hacia la izquierda o la pierna derecha hacia la derecha). En otras palabras, el atacante guía al defensor a la respuesta adecuada, lo que a sifu Wong le gustaba describir como: “Permitir al atacante que te muestre cómo pegarle”.

La otra posibilidad es, por supuesto, cuando el contacto inicial no se hace y el atacante lanza su ataque a distancia. En este caso, la respuesta es exactamente la misma, salvo que el defensor tiene que juzgar cuándo moverse dependiendo las pistas visuales que le ofrece el atacante, pero el método de cambiar el cuerpo permanece idéntico. Una vez más, el atacante, por dar el primer paso, se entrampa para recibir el contraataque, siendo el término operativo que el Método Wong Shun Leung siempre defiende como atacando el ataque, no defender en su contra. También hay una amplia investigación para apoyar la idea de que el luchador reactivo es más probable que sea exitoso que el proactivo, casi de la misma manera que el pistolero que desenfunda primero inevitablemente recibe un disparo del tipo por el cual desenfundó. Esto es científicamente demostrable, no sólo un despliegue de Hollywood.

Una vez que el “paso al lado” se ha aplicado y el primero de los contraataques iniciado, el luchador de Wing Chun se encuentra ahora en una posición de mando y puede tomar toda la ventaja, moviéndose hacia adelante con el “juego de pies avanzando” (como se describió anteriormente) hacia un oponente que ahora se encuentra fuera de posición, desequilibrado e incapaz de continuar su propio plan de lucha como se había previsto. No sólo se les derrota físicamente, sino que también psicológicamente ya que se encuentran a merced de la misma persona a quien habían planeado lastimar con anterioridad. Al dirigir el ataque de vuelta hacia el enemigo al mismo tiempo que controlar las porciones superior e inferior del cuerpo de su oponente, el practicante de Wing Chun es capaz de hacer que “la cabeza y la cola del enemigo se muevan en diferentes direcciones”, y así mantener pleno control de la situación.

La técnica del “paso al lado”, como se describió anteriormente, no sólo funciona desde una posición neutral como la “postura de cabra”, sino que también desde una posición en la que uno ya está comprometido con un movimiento, ya sea en la dirección hacia adelante o hacia atrás. Por ejemplo, si el “paso al lado” inicial es insuficiente para frenar la carrera frontal del oponente, o bien el contraataque no los incapacita por completo, el cuerpo se puede volver a cambiar con facilidad por medio de uno de dos métodos, el “paso arrastrado” o el “paso largo”, los cuales hacen uso de las mismas estructuras ya descritas y que son seguidillas naturales que se basan en las acciones del oponente. Estas acciones no están limitadas a que se apliquen después de la respuesta defensiva inicial, también funcionan con la misma eficacia que una respuesta a un intento de ataque que ha tenido problemas, como un choque de técnicas que afectan el equilibrio o la posición de los exponentes del Wing Chun que avanzan.

Para entender cómo funcionan estas variantes de los pasos, vamos a crear una situación y ver lo que ocurre. Si, por ejemplo, el exponente del Wing Chun ya tiene el pie derecho adelante después de haber avanzado hacia el oponente o alejarse de él, y luego desea retirarse hacia el lado izquierdo, se aplicaría el “paso arrastrado”. En esencia, esto es exactamente lo mismo que el “paso al lado” básico, mediante el cual el pie más cercano al destino deseado, el pie izquierdo, da un paso en esa dirección, seguido inmediatamente del pie derecho. El resultado final es una postura no difiere de la que se habría logrado si el paso se hubiera originado desde la neutral “postura de cabra”. Al igual que con el “paso al lado” básico, esta técnica se puede aplicarse desde una posición de contacto o sin contacto, aunque es especialmente fácil cuando se produce como resultado directo de los intentos del oponente de chocar contra la propia defensa.

Si la situación requiere que el movimiento sea en la dirección opuesta (es decir, el pie derecho está delante y es necesario retirarse hacia la derecha), el método empleado es el que se nombró como “paso largo”. En este caso, a diferencia del “paso arrastrado” por el que la postura se mantiene en la misma configuración mientras ocurre el movimiento del cuerpo, en el “paso largo” la postura cambia por completo, transfiriendo el peso a la pierna opuesta. Esto significa que la pierna derecha, que comienza como la pierna de adelante, termina como la pierna de apoyo trasera. En ambos casos (“paso arrastrado” y “paso largo”), la dirección del movimiento sigue siendo igual, ya sea a las cinco o a las siete de la posición original en relación a la línea de ataque del oponente. Si el oponente resultar difícil de controlar debido a una gran fuerza o la incapacidad del defensor de descargar un contraataque firme, se pueden aplicar fácilmente una serie de pasos cortos haciendo uso de todas las variaciones anteriores para confundir y controlar al oponente hasta que se pueda lidiar con el de manera eficaz. Esto representa entonces la tercera opción, (3) paso al lado, con todas sus variaciones prácticas.

Esto nos lleva a la cuarta opción del juego de pies que utilizan los practicantes de Wing Chun, (4) el “pivote” o la “postura de giro” (Juen ma). De todos los métodos de juego de pies utilizado en el sistema, este es probablemente el más malinterpretado, el más mal utilizado, y el más subestimado. Es también la más difícil de usar bien y, como tal, requiere mucho entrenamiento. Juen ma se introduce por primera vez en la primera sección de la forma chum kiu, donde se utiliza en conjunto con la combinación de técnicas bong sau/lan sau, para ilustrar cómo se puede disipar la fuerza. Si bien la “postura de cabra” puede ser la posición perfecta para la práctica de las técnicas, es la “postura de medio-pivote” (dui gok ma o “postura diagonal/al lado”) la postura preferida antes de la lucha. Esto es principalmente porque es más móvil y menos comprometida que una postura con ambos pies hacia adelante, y menos “rígida” que la “postura de cabra”.

Intenta poner el “pivote” en perspectiva para ilustrar su diferencia con el “paso al lado”. Considera el siguiente enunciado: “Cuando uno da un paso a un lado, uno permite que el oponente mantenga su posición y estructura, y está forzado a ceder terreno para el atacante, mientras que cuando se usa el “pivote”, el oponente es quien está forzado a renunciar a la posición, estructura y terreno”. En otras palabras, si uno es capaz de utilizar el “pivote” en lugar de retirarse de forma automática hacia un lado, será el oponente, en lugar del defensor, el que acabe desequilibrado y fuera de posición ya que se interrumpió repentina y dramáticamente su línea de ataque. Para el atacante por cierto que es muy difícil recuperarse de esa posición, mientras que cuando la respuesta al ataque inicial es el “paso al lado”, siempre hay una oportunidad de cambiar la posición del cuerpo y atacar de nuevo si el defensor no ha contraatacado con efecto suficiente.

La pregunta que se nos viene ahora a la mente es que, si juen ma es una técnica tan dinámica que causa tantos problemas al oponente, ¿por qué no se utiliza todo el tiempo? La respuesta es, por supuesto, bastante obvia… o al menos así debería ser. El uso del “pivote” está limitado en virtud de la propia cercanía al oponente, y en virtud del tipo y la fuerza del ataque con el que se va a lidiar. En la mayoría de circunstancias, el “pivote” se emplea sólo cuando ya se ha hecho el contacto inicial, o bien cuando hay poco movimiento corporal acompañando el ataque (es decir, el oponente se queda prácticamente inmóvil durante el golpe, aparte de mover la extremidad atacante), como cuando uno lanza un puño recto desde una posición fija con movimiento de cadera u hombro, pero poco o nada de movimiento del cuerpo hacia adelante.

La estructura del “pivote” es tal que, si se usa incorrectamente, en el que se calculó mal la energía frontal del oponente o no se le anticipó, la posición que se formó con el “pivote” automáticamente se colapsará en la ya mencionada posición “paso al lado”. De qué manera uno se mueve se determinará por lo general por las acciones del enemigo, quien provocará reacciones en la postura que son predeterminadas en virtud de la estructura subyacente y los conceptos ya discutidos. Esto, por supuesto, sólo será posible bajo presión, si el concepto se ha probado a través de ejercicios y, lo más importante, sólo si el practicante adhiere ciertas pautas básicas.

La más básica de estas pautas es que los talones de los pies siempre se utilizan como punto de giro, no la punta de los pies o el centro. Al girar sobre los talones, el cuerpo es capaz de permanecer en su posición original, sin que afecte el equilibrio. Un error frecuente que cometen los practicantes de Wing Chun es girar sobre las puntas de los pies ya que este método no permite que el cuerpo permanezca en su eje central ni que mantenga el equilibrio. En vez de eso, girar sobre las puntas de los pies lleva al cuerpo de un lado del eje central al otro, incluso aumentado la distancia que debe viajar el contraataque. También le proporciona al atacante una oportunidad para que “robe el equilibrio” del defensor, porque la acción de balanceo que causa este movimiento deja el defensor fácilmente superado por el impulso hacia adelante del cuerpo del atacante.

Del mismo modo, girar sobre el centro de los pies también crea un problema de equilibrio, sobre todo porque el cuerpo no es capaz de permanecer en el mismo eje vertical. Una vez más el resultado es el potencial a sobre equilibrarse, y esto puede llevar a no poder lidiar con la fuerza frontal del oponente sin la necesidad de dar un paso completo, perdiendo así cualquier ventaja que el giro estaba destinado a proporcionar. En contraste directo con esto, girar sobre los talones permite caen naturalmente en una posición de paso lateral, manteniendo todavía el rango necesario para anular y contrarrestar el ataque, ya que la estructura de la postura al momento del giro es tal que demanda que la estructura colapse de la misma manera que la postura básica de la “cabra” descrita con anterioridad. Esto, entonces, completa la gama de pasos que se recogen en el Método Wong Shun Leung, elevando el número total de opciones a cinco, siendo este quinto una combinación de dos métodos descritos anteriormente, según el cual (5) un “pivote” colapsa a un “paso al lado”.

Todos los métodos mencionados se pueden probar fácilmente y comprobar que son válidos, siempre y cuando el requisito básico, la estructura subyacente de la postura, se mantenga en todo momento. En los últimos años parece haber habido una gran cantidad de alteraciones innecesaria de estos métodos de juego de pies, dando lugar a otras variantes, pero poco prácticas para el “repertorio” de técnicas disponibles. Sin duda algunos instructores se han visto influenciados por los métodos empleados en otras disciplinas marciales a las que han sido expuestos, o han “inventado” las variaciones que parecen funcionar en la seguridad que los rodea en el salón de entrenamiento, pero que nunca se han probado en situaciones reales. Al analizar esos métodos, generalmente se puede ver que son estructuralmente poco sólidos y no son compatibles con las técnicas básicas del sistema. Más aún, estos métodos “alternativos” suelen ser demasiado complicados, requieren mucha reflexión y demandan una conciencia síquica de las intenciones del adversario para que se apliquen con seguridad y eficacia. En resumen... ¡simplemente no funcionan!

Es muy importante tener en cuenta que los métodos descritos en este artículo se han puesto a prueba docenas de veces por uno de los más grandes luchadores de este siglo, el difunto Wong Shun Leung, quien utilizó estas habilidades con efectos increíbles en sus ilustres desafíos durante su carrera de luchador invicto, donde obtuvo el título de Gong Sau Wong, el “Rey de los Contendientes”. Incluso más, estos métodos representan una extensión natural de los principios básicos del Wing Chun, son completamente complementarios a las técnicas de manos y piernas que se encuentran en el sistema, y son fáciles de aprender y poner en práctica, dando a los practicantes de Wing Chun habilidades que funcionan cuando realmente cuentan. El lector, si ya es devoto del Wing Chun, se le anima a comparar activamente estos métodos con los que actualmente practica con el fin de hacer posiblemente más eficaces sus técnicas actuales del juego de pies que, como se dijo anteriormente, pueden incluir muchas técnicas radicalmente diferentes a las descritas en estas páginas.

El análisis objetivo de estas posturas “adicionales” o patrones complejos del juego de pies es más que probable que se revelarán como superfluos, impracticables, ineficientes y (potencialmente) muy peligrosos si se aplica en circunstancias reales. Para el que no practica Wing Chun, los conceptos esbozados en estas páginas sobre el juego de pies de este sistema se pueden adaptar fácilmente con el fin de mejorar la eficacia de los métodos que emplea actualmente en su sistema particular de combate. A tal efecto, este escritor confía en que el lector considere seriamente los conceptos y técnicas de juego de pies del método Wong Shun Leung a fin de que el lema “Salte del medio... ¡y dales su merecido!” más que sólo palabras en una página ¡sean una realidad práctica!

Foto: Livestrong.com

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